DESCOMPTAT
QUE HE DE TORNAR ALEGOU QUE EU TEÑO QUE VOLVER HORI ITZULI EGINGO DUT
SUPOSATUKO DUT SUPAUSAT QU'IEU AI DE TORNAR SUPÒSIT QUE JO HE DE TORNAR SUPUESTU QUE YO HE DE VOLVER
SUPUESTO QUE HE DE VOLVER
España
produjo en mí una impresión indeleble. Di mis primeros pasos allá por la
Puerta del Sol, en Madrid,
entre una muchedumbre que oscilaba entre el bullicio y la efervescencia
de los que tienen ese lugar como punto de reunión y el desconcierto mezclado
con la extrañeza propia del turista que se asoma a la boca del Metro tratando
de encontrar en que esquina está su hotel. Después el aire de Toledo, la Alhambra granadina, el cielo valenciano, el Mediterráneo golpeando
las playas de Barcelona y Gaudí; mi periplo por el País Vasco con sus costas,
sus bosques montañosos y su gente. Nada me fue indiferente y en cada rincón
encontré un motivo para sacudir mis sentidos.
Soñé con
volver la primera vez y volví, ahora lo he dado por supuesto. Es por eso que me
animo a esta segunda parte de las recetas asociadas a las ciudades (¿o sería
mejor decir de las ciudades y sus recetas?), esta vez no puedo invocar esa regla de “Los sitios que incluyo son las ciudades de España en las que
he estado, aclarando por esto que he dormido allí por lo menos una noche”. Tampoco he
querido comprometer la ayuda de amigos (aunque el puntapié inicial de este
proyecto lo dio uno que se atrevió a
compartir unas fotos y comentarios sobre un Rabo de Toro a la Cordobesa que me dio impulso para investigar sobre el
tema).
Es esta
una manera de seguir en contacto con España, como dice mi primo Miguel Labiano:
…entrar por la nostalgia del casco viejo que tanto nos acerca
a nuestros ancestros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario