Cafe Sperl
Una de las muchas cosas por las que Viena
es famosa son sus cafés, reconocidos en
2011 por la UNESCO
como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad. Los cafés vieneses tienen una larga y
distinguida tradición que se remonta a varios siglos. La historia indica que después de la derrota del ejército
otomano en el Segundo Sitio de Viena, en 1683, los austriacos encontraron
cientos de sacos de granos de café abandonados por los vencidos. El emperador
de Austria le regaló algunos de estos sacos a Franz George Kolschitzky, un soldado y comerciante polaco
que había actuado como mensajero. Terminada la guerra el soldado abrió un
negocio para la venta de la infusión que luego de algunos tropiezos se volvió
popular. Esta es una simplificación histórica, de hecho, este polaco no fue el
único mensajero encargado de buscar ayuda durante el sitio de Viena, sino uno
de tantos. Otras fuentes atribuyen al armenio Johannes Diodato el monopolio de
la venta de café en la ciudad entre 1685 y 1705. Leyenda o no hoy existe una
calle en honor a Kolschitzky, así como una estatua que le recuerda como héroe
de Viena, no queda claro si por su apoyo
a la lucha contra los turcos o porque descubrió el café para los vieneses.
Ir a un café en Viena es una institución, la gente
pasa horas en ellos, generalmente en solitario leyendo alguno de los periódicos
que se ofrecen. Son amplios, silenciosos y los mozos acuden prestos a llenar
los vasos de agua que se sirven con el café, otra costumbre vienesa.
CAFÉ VIENES
Es este uno de los cafés más tradicionales
del mundo se prepara sobre la base de un “expreso” (en referencia a la máquina expreso
que hace pasar agua a alta a través de un café finamente molido) o un café muy
fuerte, al que se le adiciona un buena
porción de crema bien batida y se decora con virutas de chocolate. Se lo suele servir
en una taza de vidrio o vaso, con una
galletita tipo barquillo, aunque, como argentino, prefiero acompañarlo con otro invento
austriaco: el Croissant o Medialuna.
INGREDIENTES
Café expreso doble 60 ml
Crema batida c/n
Azúcar c/n
Virutas de chocolate (o cacao en polvo)
MODO DE PREPARACION
Preparar el café en la máquina expreso (o
café instantáneo tipo expreso o un café bien fuerte). Servir en la taza y
endulzar. Agregar una generosa porción de crema batida (las proporciones
clásicas son 2/3 de café, 1/3 de crema) y decorar con virutas de chocolate o
cacao en polvo.
ACOMPAÑAMIENTO SUGERIDO: medialunas de
manteca, un vaso de agua