lunes, 13 de noviembre de 2017

TOLEDO: CARCAMUSA

Siempre llevé conmigo las callejas, los rumores del río,
los gastados oros de los ladrillos aljamiados,
los mágicos rincones de perplejas urdimbres
y esta mística maraña de blasones, de espadas y de piedras
que ennoblecen los hielos y las hiedras de Castilla
J.         M.  Gómez Gómez


ESCUDO DE TOLEDO: En el reinado de Carlos I de España se añade el elemento diferenciador del rey sentado  en recuerdo de las primitivas armas toledanas. Más tarde por motivos de simetría se colocaron dos.


Catedral de Toledo


No es noticia contar que me perdí en Toledo,  pero ese extravío, lejos de suponer una angustia, se manifestó como un hecho placentero. A pocos metros de la calle principal y de la Catedral  (que merece un aparte)  las callejuelas se ofrecían magníficamente desiertas; recuerdo que caminamos bajo el sol, subimos y bajamos escaleras, traspusimos arcos y portales, todo por un buen rato,  para llegar exactamente al sitio de partida. Perderse en Toledo produce una embriaguez dócil muy parecida al enamoramiento. Dos imágenes quedaron indelebles en mi memoria, la partida,  con la vista del Alcázar imponente en lo alto y el descubrimiento de la catedral aprisionada por los edificios, como bien se describe aquí:

Comenzaba a amanecer cuando Gabriel Luna llegó ante la catedral. En las estrechas calles toledanas todavía era de noche. La azul claridad del alba, que apenas lograba deslizarse entre los aleros de los tejados, se esparcía con mayor libertad en la plazuela del Ayuntamiento, sacando de la penumbra la vulgar fachada del palacio del arzobispo y las dos torres encaperuzadas de pizarra negra de la casa municipal, sombría construcción de la época de Carlos V.
Gabriel paseó largo rato por la desierta plazuela, subiéndose hasta las cejas el embozo de la capa, mientras tosía con estremecimientos dolorosos. Sin dejar de andar para desprenderse del frío, contemplaba la gran puerta llamada del Perdón, la única fachada de la iglesia que ofrece un aspecto monumental. Recordaba otras catedrales famosas, aisladas, en lugar preeminente, presentando libres todos sus costados, con el orgullo de su belleza y las comparaba con la de Toledo, la iglesia madre española, ahogada por el oleaje de apretados edificios que la rodean y parecen caer sobre sus flancos, adhiriéndose a ellos, sin dejarle mostrar sus galas exteriores mas que en el reducido espacio de la callejuelas que la oprimen. Gabriel conocía su hermosura interior, pensaba en las viviendas engañosas de los pueblos orientales, sórdidas y miserables por fuera, cubiertas de alabastros y filigranas por dentro. No en balde habían vivido en Toledo judíos y moros por siglos. Su aversión a las untuosidades exteriores parecía haber inspirado la obra de la catedral ahogada por el caserío que se empujaba y arremolinaba en torno a ella como si buscase sombra. La plazuela del Ayuntamiento era el único desgarrón que permitía al cristiano monumento respirar su grandeza. En este pequeño espacio de cielo libre mostraba a la luz del alma los tres arcos ojivales de su fachada principal y la torre de las campanas, de enorme robustez y salientes aristas, rematada por la montera del alcuzón, especie de tiara negra con tres coronas, que se perdía en el crepúsculo invernal nebuloso y plomizo. [1]

[1] Fragmento de “La Catedral” de Vicente Blasco Ibáñez 1909

CARCAMUSA


Bar Ludeña


Plato típico de la gastronomía toledana, se trata de un guiso de carne de cerdo magra  con verduras, embutidos y acompañado con papas asadas o fritas. El origen de su nombre es bastante simpático: el Bar Ludeña de Toledo, propiedad de José Ludeña y ubicado en la Plaza de la Magdalena a mediados del siglo XX era frecuentado por clientes masculinos de cierta edad a quienes apodaban los carcas; al mismo tiempo,  y quizá como consecuencia,  acudían jóvenes señoritas a quienes los señores consideraban sus musas. Al parecer el guiso de don José era gustosamente consumido por ambos grupos por lo que se lo denominó Guiso de carcas y musas.
Se lo sirve en cazuelas y cuando se lo hace en las más pequeñas se lo considera una tapa.

INGREDIENTES cuatro personas
Solomillo de Cerdo 500 grs.
Chorizo colorado uno
Jamón cocido cortado en cubitos 100 grs.
Puerros dos plantas
Ajo a gusto
Arvejas una taza
Vino blanco un vaso
Caldo de carne 200 ml.
Pimentón dulce
Aceite de oliva

MODO DE PREPARACION
En una olla o cazuela calentar el aceite, sellar la carne de cerdo cortada en cubos tipo bocado. Retirar el cerdo y agregar el puerro cortado en rodajas finas, dejar hasta trasparentar. Agregar los cubos de jamón y las rodajas de chorizo colorado. Sumar el cerdo sellado.  Verter el vino y dejar que se evapore el alcohol. Condimentar con el pimentón y agregar el caldo. Corregir la sal y cocinar unos quince minutos. Agregar la taza de arvejas y dejar al fuego cinco minutos más. Servir en cazuela coronada por unas papas en cubos fritas o asadas al horno.

BEBIDA SUGERIDA: Vino tinto Merlot






lunes, 6 de noviembre de 2017

MADRID: COCIDO MADRILEÑO

MADRID

Dosel de reyes, de sus hijos cuna
ha sido y es; zodíaco luciente
de la beldad, teatro de fortuna.
(Góngora)


ESCUDO DE MADRID: Cuenta la leyenda que se eligió un oso como emblema en homenaje a un oso pardo que el rey Alfonso XI cazó en uno de los montes cercanos a la capital.



La Gran Via
Confieso que fui siguiendo los pasos de Joaquín Sabina, eso de ir “cada domingo, a su puesto del Rastro a comprarle carricoches de miga de pan, soldaditos de lata” y me encontré en una ciudad amigable y cercana, donde podía moverme con soltura y no por conocida, tampoco creo que haya influido tanto el idioma común; se trató de una cuestión de ubicación, de ponerme en el lugar de esos amigos que habían sentido como propio ese espacio, que se habían aquerenciado y adoptado mutuamente. Madrid se desplegó luminosa a mi vista, de matiz galdosiana, por esa cuestión de Benito Perez Galdós de “adentrarse en el alma española y el espíritu madrileño”,  como entendí mas tarde:
Dejándose llevar de sus propios pasos, se encontró sin saber cómo en el centro de la Puerta del Sol. Inconscientemente se sentó en  el brocal de la fuente y estuvo mirando los espumarajos del agua. Un individuo de Orden Público la miró con aire suspicaz; pero ella no hizo caso y continuó allí largo rato, viendo pasar tranvías y coches en derredor suyo como si estuviera en el eje de un Tío Vivo. El frío y la impresión de humedad la obligaron a ausentarse y se alejó envolviéndose bien en su mantón y tapándose la boca. Casi no se le veían más que los ojos, y como estos eran tan bonitos, muchos se le ponían al lado y le pedían permiso para acompañar la, diciéndole mil cuchufletas. […] Un individuo de los que la siguieron se aventuró a detenerla en toda regla, llamándola por su nombre.
-¡Pero qué tapadita va usted!... Fortunata-
Detúvose ella ante el que esto dijo. Pensando en quién podría ser, estuvo un ratito como lela mirando a la persona que enfrente tenía.
-Yo quiero conocer esta cara -se dijo- ¡Ah!, es D. Evaristo-
-Hija, muy distraidita va usted...
-Voy a mi casa.
-¡Por aquí! -exclamó Feijoo con asombro- Pues el camino que lleva usted es el del Teatro Real
-Es que... -replicó ella mirando las casas- me había equivocado... No sé lo que me pasa...
-Vamos por aquí; la acompañaré a usted -dijo D. Evaristo con bondad-. Capellanes, Rompelanzas, Olivo, Ballesta, San Onofre, Hortaleza, Arco…
-Ese es el camino; pero no dude usted lo que le digo...
-¿Qué?, hija mía.
-Que yo soy honrada, que siempre lo he sido […]
¿Honrada? ¿Cómo he de dudar eso, hija mía?, pues no faltaba más. Lo que dudo es que usted tenga buena salud. Está usted fatigada, y me parece que debemos tomar un coche... ¡Eh! cochero... [1]

 [1] Fragmento de “Fortunata y Jacinta” de Benito Perez Galdos  1887


COCIDO MADRILEÑO



-Siempre que veo comer a los albañiles
su cocidito ¡me da una envidia! -
(Revista Blanco y Negro mayo 1909)


Plato tradicional de la gastronomía madrileña, se trata de un guiso cuyo ingrediente principal es el garbanzo al que se adicionan verduras, carnes, panceta o algún embutido, algo similar al puchero argentino. De origen muy humilde se fue modelando con las generaciones, la identificación con Madrid se consolidó en un periodo que va desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, durante ese lapso el plato fue aceptado por la clase burguesa española y por la Corte, comenzando a aparecer en los menús de los restaurantes y no solo en  tabernas y posadas. No tiene una receta única ya que los ingredientes secundarios son variables, respecto al garbanzo su uso  es muy antiguo,  fue introducido en España en la época de Cartago y posteriormente utilizado en los cocidos sefarditas de la edad medieval.


INGREDIENTES seis porciones

Garbanzos secos 500 grs.
Pollo un cuarto superior
Falda de ternera 400 grs.
Pecho de cerdo 400 grs.
Panceta 300 grs.
Chorizo dos
Morcilla (opcional) una
Puerro tres plantas
Repollo una mitad
Zanahorias tres medianas
Papas seis medianas


MODO DE PREPARACION
Poner los garbanzos en remojo la noche anterior. Bien hidratados retirar la mayor cantidad de la piel. Hervir en agua y sal una hora aproximadamente. En otra olla hervir las verduras y en una tercera las carnes. Todo lleva una entre una hora y hora y media. Servir el caldo de la verdura, mezclado con un poco del caldo de las carnes en una cazuela. En una bandeja las carnes cortadas y los garbanzos separados. En otra bandeja las verduras también cortadas. Para acompañar colocar una cazuelita con una salsa de pulpa de tomate (con ajo, comino y aceite de oliva, machacados en mortero) o simplemente una aceitera con oliva. La forma tradicional de servirlo es por pasos (llamados vuelcos) en el siguiente orden: Primer vuelco - El caldo o sopa   Segundo vuelco - los garbanzos  y la verdura acompañada del condimento de tomate.   Tercer vuelco - las viandas de carne.

BEBIDA SUGERIDA: Vino tinto Malbec





LAS REGLAS DEL JUEGO 2da PARTE -ESPAÑA-

PROLOGO

El viaje hace con la vida cotidiana lo mismo que los buenos novelistas: la enmarca como un cuadro o la engasta como una gema, para que sus cualidades intrínsecas queden más a la vista. El viaje hace esto con todos los elementos que componen la cotidianidad, dándoles el contorno definido y el significado del arte.
Freya Stark - Riding to the Tigris (1959)



LAS REGLAS DEL JUEGO

1.       Las recetas que se incluyen están íntimamente relacionadas al lugar que se trata. O son originarias de este o se han incorporado como parte de su cultura.
2.       Los sitios que incluyo son las ciudades de España en las que he estado, aclarando por esto que he dormido allí por lo menos una noche, salvo los capítulos de Pamplona y Bueu
3.       En los comentarios  sobre las ciudades se transcriben textos que pudieran estar afectados por Derecho de Autor. Considero que, al no tener este proyecto un fin comercial o de lucro, no he infringido ninguna norma, salvo alguien que pueda sentirse ofendido por la inclusión. Pido disculpas por ello.
4.       Las ciudades están agrupadas de acuerdo al orden en que las conocí, pueden o no tener un criterio zonal y sólo respetan la dinámica de los viajes.

5.       España se agrupa en un proyecto aparte por varias razones: la cantidad de lugares que visité, la cercanía cultural con ellos y porque amigos se sumaron al trabajo y quisieron formar parte de él. De ahí la división de:  “Aquí, allí y en todas partes” (de la canción de The Beatles:  “Here, there and everywhere”) y “Aquí y allí en España –con una pequeña ayuda de mis amigos- “  (por otra canción de The Beatles: “With a little help from my friends”). Los que “rompieron las reglas” están en el capítulo de Pamplona: Miguel Labiano y de Bueu: Patricia De Carolis, a ellos mi agradecimiento y la alegría de haber compartido esta travesura. 

lunes, 28 de agosto de 2017

DUBLIN: ESTOFADO DE CORDERO A LA “GUINNESS” –GUINNESS STEW-


Los dublineses tienen tres pasiones: la cerveza, la literatura y la música, aunque estas dos últimas están en muchos aspectos ligadas a la primera. El escritor Flann O´Brien, admirado por Becket, por Joyce y hasta por Jorge Luis Borges,  frecuentaba los pubs diseminados por  todos los rincones de la ciudad, cuentan que llevaba siempre un guante para cumplir la promesa que le había hecho  a su madre moribunda de “no volver a tocar nunca un jarro de cerveza”. Y que decir de la música, omnipresente y perpetua, que oscila entre las baladas más tristes y melancólicas a los muy bailables jigs o reels. Todos los ritmos y matices deben acompañarse indefectiblemente con el brazo en alto sosteniendo una pinta de cerveza.
Si usted va a Dublín debe saber que en algún momento, en algún lugar va a sonar “Molly Malone”, la canción/himno sobre la vendedora de mejillones que por la noche ejercía otros oficios, sepa que no existe la mínima posibilidad que abandone la ciudad sin haberse balanceado a su ritmo:
In Dublin's fair city,
where the girls are so pretty,
I first set my eyes on sweet Molly Malone,
As she wheeled her wheel-barrow,
Through streets broad and narrow,
Crying, "Cockles and mussels, alive, alive, oh!"

She was a fishmonger,
And sure 'twas no wonder,
For so were her father and mother before,
And they each wheeled their barrow,
Through streets broad and narrow,
Crying, "Cockles and mussels, alive, alive, oh!"
She died of a fever,
And no one could save her,
And that was the end of sweet Molly Malone.
Now her ghost wheels her barrow,
Through streets broad and narrow,
Crying, "Cockles and mussels, alive, alive, oh!"

En la bella ciudad de Dublín,
donde las chicas son tan bonitas,
Primero puse mis ojos en la dulce Molly Malone,
A medida que empujaba su carro,
Por calles anchas y estrechas,
Llorando " berberechos y mejillones, vivos, vivos, oh!"

Ella era un vendedora de pescado,
Seguro que eso no era un misterio,
Ya que su padre y su madre lo fueron,
Y cada uno empujó el carro,
Por calles anchas y estrechas,
Llorando " berberechos y mejillones, vivos, vivos, oh!"
Murió de fiebre,
Y nadie la pudo salvar,
Y ese fue el final de la dulce Molly Malone.
Ahora su fantasma empuja el carro,
Por calles anchas y estrechas,
Llorando " berberechos y mejillones, vivos, vivos, oh!"

ESTOFADO DE CORDERO A LA “GUINNESS” –GUINNESS STEW-

El cervecero Arthur Guinness comenzó a elaborar la famosa cerveza que lleva su nombre en 1759. La cerveza se basa en el estilo porter, originado en Londres a principios de 1700,  es una cerveza negra seca del tipo stout . La característica que distingue su sabor es la cebada tostada que se mantiene sin fermentar. Otra particularidad es la cremosa espuma , que es resultado de una mezcla de nitrógeno añadida en el envasado. Guinness es sinónimo de Dublín y de Irlanda, tal es su impronta que el arpa, que forma parte del logo de la bebida,   es una marca registrada por Guinness y cuando el gobierno quiso utilizarla como símbolo nacional, tuvo que hacerlo colocándola en forma invertida.
INGREDIENTES
Carne de cordero (pierna o paleta, sin el hueso) 1 kg
Harina dos cucharadas
Aceite neutro
Cebolla blanca dos
Zanahoria dos
Puré de tomate dos cucharadas
Guinnes (o en su defecto Cerveza Scout) medio litro
Tomillo fresco, pimienta negra,  sal, pimentón dulce

MODO DE PREPARACION
Cortar la carne del cordero en cubos de unos 4 cm., pasarlos por harina y freírlos en aceite para sellarlos, cuando se doran los bordes agregar la cebolla en gajos grandes, el tomate, el tomillo, el pimentón, la sal y la pimienta. Cocinar unos minutos revolviendo. Luego añadir la zanahoria cortada en rodajas y la cerveza. Cocinar durante unos 40 minutos (depende del tipo de carne), luego reservar un par de horas. Volver a calentar para servir, decorar con perejil picado y una ramita de tomillo fresco o romero.
Se acompaña con un puré de papas o colcannon (que es el acompañamiento típico y consiste en un puré de papas que se mezcla con repollo hervido, cortado fino y freído en manteca)
BEBIDA SUGERIDA Cerveza Guinness o Stout



lunes, 14 de agosto de 2017

EDIMBURGO: HUEVOS A LA ESCOCESA CON MORCILLA -BLACK PUDDING SCOTCH EGGS-


Cuando uno camina por la Princes Street, abstraído por la vista del parque y a lo lejos y en lo alto,  del Castillo de Edimburgo,  se topa con un particular monumento al escritor Walter Scott, hay quienes lo llaman “el cohete gótico”, no es extraña una construcción tan enorme para un escritor en una ciudad en donde se respira literatura, tan es así que la principal estación de trenes tiene el nombre de una de sus novelas, Waverley. Sherlock Holmes, Dorian Gray, Robinson Crusoe, el Dr. Jeckill y Mr Hide y el más reciente Harry Potter son personajes incubados en esta ciudad. Así se siente uno caminando sus calles, como un personaje de una novela, embriagado en la fascinación del ambiente. O como dice el propio Scott, en su libro Rob Roy: frente a frente con algo que ha cautivado nuestra imaginación.
Mi medroso compañero y yo nos disponíamos a sentarnos a la mesa del posadero de El Oso negro  cuando nuestro anfitrión, hombre de rubicundo semblante, nos notificó, en tono de excusa, que un hidalgo escocés comería con nosotros.
—¡Hidalgo! ¿De qué especie? —apresurose a preguntar mi compañero […]
—¡Toma! De especie escocesa: ya os lo he dicho —contestó el mesonero— Allá son todos nobles, como sabéis, aunque no gasten camisa. Este, empero, es un mozo de buen porte.  Nunca escocés más listo pasó el puente de Berwick... Tratante en ganado, a lo que creo.
- Procuradnos a toda costa su compañía — dijo mi compañero; y volviéndose hacia mí, comunicome sus reflexiones:
—Respecto a los escoceses estimo y honro a esa nación por su moralidad. Se les acusa de pobres y desaseados, pero son honrados, aunque vistan harapos, como dice el poeta. Personas dignas de crédito, me han asegurado que en Escocia no son conocidos los salteadores de camino.
—Consiste en que no hay cosa que saltear —observó el mesonero riendo a carcajada suelta y satisfecho de sí mismo.
—No, posadero, no —respondió detrás de él una voz recia y bien timbrada—, consiste únicamente en que los vistas de aduanas e inspectores ingleses que habéis colocado más allá de Tweed, han cargado con el oficio a costas de los que lo ejercían.
 —Bien dicho, señor Campbell —replicó el mesonero—. No os creía tan cerca de nosotros; pero sabéis que soy del condado de York en que hasta  los perros tienen la lengua expedita. ¿Qué tal van los mercados por el mediodía?
—Como siempre: los cuerdos venden y compran, y los locos son comprados y vendidos.
—Ya, pero a cuerdos y locos no les falta comida y aquí está para empezar la nuestra, […]Y, así diciendo, preparó su gran cuchillo adjudicándose  el sitio de honor […]
Era la primera vez que oía hablar a un escocés, o mejor dicho, que me hallaba frente a frente de un individuo perteneciente a la antigua raza escocesa, la cual, desde mi infancia, había cautivado mi imaginación.

HUEVOS A LA ESCOCESA CON MORCILLA  -BLACK PUDDING SCOTCH EGGS-

Los huevos “a la escocesa” no tienen su origen en esas tierras, fueron inventados por los chef de la tienda londinense Fortnum & Mason alrededor de 1730, tal vez inspirados en una comida persa. La primera vez que aparecen en un impreso fue en “Mrs. Rundell´s new Sistem of Domestic Cookery en 1809. Son populares en todo el Reino Unido, habitualmente consumidos fríos, en las comidas campestres (picnic).
La variante hecha con morcilla en lugar de salchicha es la más escocesa de todas. Las comidas más típicas de Escocia son el Haggis (un poco vistoso pero muy gustoso embutido hecho con órganos como el corazón, pulmones e hígado de la oveja o el cordero) y el Black Pudding (nuestra morcilla) hecho con la piel y la sangre del cerdo. La versión más escocesa de esta receta,  presentada como entrada,   resulta un plato atractivo y muy sabroso.

INGREDIENTES para dos personas
Huevos cinco
Morcilla 400 grs.
Pan rallado

MODO DE PREPARACIÓN

Hervir cuatro huevos durante 7 minutos, dejar enfriar, sacar la cáscara, reservar. Calentar la morcilla para que el relleno se vuelva pastoso. Cubrir con el relleno de la morcilla los huevos y enfriar en la heladera para que la cubierta vuelva a solidificarse. Pasar las bolas por el  huevo batido y por el pan rallado. Freír en abundante aceite. Servir al plato acompañados por una ensalada de hojas verdes.

miércoles, 9 de agosto de 2017

YORK: COTTAGE PIE

YORK


Hay varios motivos por los que uno disfruta una visita a York,  una histórica ciudad  fortaleza capital del condado de Yorkshire , Inglaterra: la confluencia de dos ríos, las bien conservadas murallas con partes que se remontan a la época de los romanos, la impresionante iglesia gótica Yorkminster o el Museo Ferroviario. Pero lo que resulta un punto de atracción no pertenece a este mundo, York debe ser la ciudad con mayor densidad de fantasmas y apariciones de toda Europa. Tomando en cuenta sus historias y leyendas se pueden contabilizar más de quinientos fantasmas vagando por sus calles y morando en sus casas, algo así como un fantasma cada cuatrocientos habitantes. Todos tienen algo para contar, como el plomero que haciendo reparaciones en la bodega de Treasurer´s House, en 1953,  vio como una legión de soldados romanos atravesaba las paredes y cruzaba el recinto, se asegura que donde se ubica esa casa era una antigua calzada romana lo que le da cierto sustento a la narración. Relatos como este atraen a los turistas, son una fuente de entretenimiento y de ingresos,  pero York es mucho más, su historia, sus monumentos y el trato afable de su gente superan cualquier cuento pero ¿a quien no lo cautivan las historias de aparecidos?
Relatos como este es lo que se escucha en las calles:

In our ancient City there is a ghost of a boy.
Dirty and barefoot
A ragged child no more than 10 or 11 years old.
His presence is felt by a stillness
Followed by a gust or a light breeze
Like the opening of an unseen door or window.
Then he appears, shocked to see you as you are to see him, and then he is gone.
In that brief moment his stare is fiery and intense
His story deep and sorrowful and his purpose unfulfilled.
what they are looking for and why?
If you know anything please contact
We refer to him as "The Lost Boy".

En nuestra antigua ciudad hay un fantasma de un niño.
Sucio y descalzo
Un niño harapiento de no más de 10 o 11 años de edad.
Su presencia se siente por un silencio
Seguido de una ráfaga o una ligera brisa
 Como la apertura de una puerta o ventana invisible.
Entonces aparece, sorprendido de verte como tú de verlo, y luego se va.
En ese breve instante su mirada es intensa y ardiente
Su historia profunda y dolorosa y su propósito incumplido.
¿Qué es lo que está buscando y por qué?
Si usted sabe algo por favor póngase en contacto
Nos referimos a él como "El niño perdido".

COTTAGE PIE


Otro ejemplo de comida sencilla de origen muy humilde, su nombre “cottage” significa “cabaña”. Era el pastel que cocinaban las mujeres con las sobras de carne asada en la campiña inglesa. El plato tiene sus comienzos históricos cuando se introduce la papa en Inglaterra como alimento para los pobres, el primer registro que se tiene es de 1791, cuando lo  menciona como tal el Reverendo John Woodford, que comenta que va a cenar a la casa de un labriego “cottage pie” y “roast beef
INGREDIENTES
Carne picada 500 grs.
Cebolla blanca una grande
Zanahoria una
Aceite de oliva
Salsa Worcestershire (Salsa Inglesa) tres cucharadas
Vino tinto 200 ml
Caldo de carne un cuarto litro
Harina una cucharada
Para la cobertura:
Papa 1 kg
Manteca 50 grs.
Yemas de huevo dos
Queso rallado tipo parmesano una taza
Sal, pimienta negra molida, nuez moscada

MODO DE PREPARACIÓN
Cortar la cebolla y la zanahoria en cubos de aproximadamente 1 cm.  Freír la carne picada levemente (para picada a mano: cortar la carne en lonjas de 1 cm y luego cortar las lonjas en cuadrados de 1 cm), cuando se blanquea agregar las verduras, freír revolviendo,  unos 3 minutos. Añadir la cucharada de harina y mezclar. Agregar la Salsa Worcestershire y el vino tinto, cocinar hasta que se evapore el alcohol. Luego añadir el caldo y cocinar durante unos 20 minutos. Salpimentar y reservar.
Para la cobertura: hervir las papas hasta que estén muy tiernas, hacer un puré adicionando la manteca, las yemas y una parte del queso, condimentar con nuez moscada, sal y pimienta a gusto.
Colocar en una fuente para horno la carne en el fondo y cubrirla con el puré. Marcar la supericie con los dientes de un tenedor trazando líneas. Espolvorear con la otra parte del queso. Hornear a alta temperatura unos 15 minutos o hasta que se dore la cubierta.
BEBIDA SUGERIDA: Cerveza Brown Ale o Old Ale